01 enero 2007

El camino hacia Phuket.

Estas han sido unas Navidades diferentes. No se si debo decirlo, porque voy a parecer un blando, pero he tenido morriña, si señor, y mucha. ¿Será que los ladyboys me están cambiando?.

Los días previos a Nochebuena no estaba demasiado animado, pensaba en la cena en casita, con toda la familia, jugando al bingo con la abuela, y en los espumosos por los bares de la parcela, tras llenar el estómago con unas cuantas pipas. Así era.

Los centros comerciales están llenos de adornos típicos de estas fechas, que aunque lo intentan, no dan la sensación navideña que uno tiene cuando está en Valladolid a 5º. Pero bueno, por esfuerzo que no sea, porque todo aquel que tenía algo que vender en está ciudad durante estos días llevaba un gorro de Papá Noel, ya fuese una dependienta, un sastre o una prostituta.



Que mi estado de ánimo no era boyante lo vió Edouard, que para algo le tengo en frente mío todos los días, y se decidió a animarme. El golpe de efecto tenía que ser fuerte, y así llegó la Nochebuena. Gasté el día comprándome una camisa y un pantalón, algo que nunca haría en mi casa. Las séis de la tarde y todavía sin plan que, a algunos ya os lo he explicado unas cuantas veces, es como salen las grandes noches.

Y tras jugar un squash me ofrece ir a un cabaret, de sólo tíos y katois, a ver un espectáculo. Pues allí que me fui a pasar la Nochebuena con Edouard, con Nino, y con un par de becarios de Pekín. La leche. Uno puede vivir meses y meses en este país y nunca saber si la persona a la que llevaba mirando el culo cuarto de hora era tío o tía, lo mismo puedo decir de las caras. Cada uno tenemos nuestra teoría, o nuestro truquillo, y pensamos que es el bueno, yo me incluyo, hasta que un día falle… pero si esto sucede es probable que no os lo cuente ;p

Tras el espectáculo, a por una gran cena de Nochebuena. Y que mejor que sentarnos en unos taburetes de plástico, pedir unas sopas de fideos de arroz en un puestecillo de calle, y tomarnos unas Singhas compradas en el super de al lado. Dos euros por cabeza muy bien invertidos.

Y con el estómago caliente ¿dónde podemos ir?. Pues no os voy a engañar, para el que no lo sepa esto es Bangkok, y belenes vivientes no hay demasiados, pero puticlubs… Así que ya que estábamos cerca, directos a Patpong, a tomarnos una cerveza mientras discutíamos, como no, de si cada una que nos miraba era, como ell@s dicen, “cien por cien lady”, pero a mi no me engañan, que no soy turista, y muchas mienten.

Ya habíamos tenido suficiente ambiente de ambigüedad por aquella noche, así que de allí nos fuimos a una fiesta en casa de unos franceses, en la que todo el mundo era lo que parecía ¿¡!?. Había algunas caras conocidas, muchas desconocidas, y ningún español, pero siempre es divertido conocer gente nueva en estas noches.

Y como todo día de fiesta grande en Bangkok, que mejor que acabar en el Soi 11, el bar cutre por excelencia de la zona donde vivo. Un local muy pequeño, escondido en la segunda planta de una barra americana, que sólo abre a las dos o tres de la mañana, con música inaudible, ambiente lúgubre, y caras de lo más variopinto. Alguna vez se cuela allí un mochilero australiano, pero siguen predominando alemanes borrachos y sobre todo tais noctámbulas y noctámbulos.

Me lo pasé bien, o muy bien. Necesitaba una noche así, y lo mejor de todo es que funcionó. Esa noche acabaron para mí las Navidades en España. La semana siguiente voló, entre cenas y copeos en la terraza de la 37, hacer de guía en la noche para unos becarios de Hong Kong, una visita a ver los tiburones del Acuario de Bangkok (¿sería una premonición?), y cambiar la cinta de BackUp (¡que no he tenido vacaciones!), llegó el viernes.



Y el viernes 29 volábamos a Phuket. El fin de año en Phuket es algo que Edu y yo llevábamos organizando desde finales de octubre. Y que por el camino nos costó bastantes quebraderos de cabeza. No es fácil meter en fin de año a un grupo de casi 40 personas en el mismo hotel, en primera línea de playa, y en uno de los destinos más famosos de país, y menos aún cuando viven en España, Taipei, Hong Kong, Manila, Dubai, Ho Chi Minh, Singapur, Kuala, Yakarta, Pekín, Sanghai, Guangzhou y Tokio (¡con estos últimos me quito el sombrero, han batido record de aviones, tiempo y dinero invertido, para disfrutar de estos tres días!). Pero la verdad, creo que ha merecido la pena.



El viernes, ya de noche, llegamos a la isla, en la costa del mar de Andamán. Una de las zonas más afectadas por el maremoto de 2004. Aunque de él, por lo menos en las zonas en las que estuvimos, no quedaban más que fotos en todos los hoteles y restaurantes. Ese mismo día fue la primera toma de contacto con mucha gente, a algunos ya los conocía del curso en Madrid, a otros de Kuala o alguna visita a Bangkok, y muchos era la primera vez.





Al día siguiente: buceo. Nunca había buceado con bombona, hasta ahora las gafas y el tubo habían sido mis herramientas para perseguir a pulpos y sepias por la costa del Azahar, o para ver corales tras mi llegada a Tailandia. Me apunte a ello sin estar demasiado convencido, porque éramos unos cuantos y me apetecía hacer algo más que salir estos días en Phuket, y porque nos llevarían a la zona de las islas Phi Phi, famosa por La Playa.



Flipante, hay abajo (sólo hasta 12 metros, pero para mí era muy abajo), escuchando la respiración, bajando y subiendo suavemente, en suspensión, uno llega a perder la sensación de subir y bajar, simplemente se mueve, entre peces trompeta, escorpiones, payasos, peces piedra, corales, estrellas gigantes… Fueron dos inmersiones, unos minutos chulísimos, pero lo mejor estaba por llegar. Se acababa el tiempo y el oxígeno, tocaba volver al barco, y ya en superficie, relajado, alternando tubo con bombona para hacer de vez en cuando alguna corta inmersión de uno o dos metros, una nube de peces por el fondo. Una brazada más larga para acercarme y bajo los peces… un bicho enorme, amarillento, zigzagueaba sobre la arena. ¡Mi primer tiburón! No soy un experto, pero he visto los suficiente documentales de la dos para saber que ese tipo no era malo. En ese momento de tensión dos brazadas más para seguirle desde arriba, pero bueno, también me llegó mi momento de consciencia, o de duda, y decidí parar, y dejarme flotar suavemente para ver como se perdía en la turbidez del agua. ¡Increíble!. Quiero repetir. Los delfines que siguieron al barco dando saltos en nuestro regreso fueron ya una simple anécdota.



De noche llegamos a la playa de Patong, cansados, pero era 30 de diciembre, y el día que había comenzado a las 7 se prometía largo. Una ducha y rápido a por el SangSom, que ya habíamos cenado en la playa. De ahí al Tiger, y de ahí al Safari, a terminar la noche, o empezar el día. Es simplemente una discoteca, pero dentro de ella hay más batalla que en un circo romano cuando sueltan a los leones, y más cuando lo que sueltan allí es a cuarenta becarios españoles.



Eran las 12 en el hotel, y ya no me querían dar de desayunar, así que me tomé un redbull local, me pille una barca, y me llevaron a una playita donde ya estaban parte de mis compañeros. Arroz frito, partidito de volei-playa, y algún que otro baño tropical hicieron que la tarde volara. Así que vuelta a Patong, al hotel, que a las siete comenzaba la cena de gala en la terraza.



Tras los vinos, los cócteles y los canapés llegó la cena. Mira que me gusta, pero me prometí no comer nada que llevase arroz frito o fideos, y así lo hice. Había de todo, tai, europeo, japonés,… pero sobre todo una parrilla en la que hacían de carne y marisco que... Comí lo más que pude, y los que me conocéis sabéis que es mucho.



Mientras cenábamos había espectáculos, música, magia, como en La Primera en Nochevieja, pero sin David Bisbal, y no le eché de menos. La cena llegaba a su fin, más de las diez, y llegó el momento de las copillas, así que fuimos a las habitaciones a por las compras de Nochevieja, y la fiesta se empezó a animar: los bailoteos, subirse al escenario, a las mesas, los discursos, el jugueteo con la decoración de la fiesta, y los agradecimientos al resto de asistentes (inocentes familias de guiris que nos miraban con cara de pánico).



Las doce menos diez, hora de coger las uvas y bajar corriendo a la playa.



Alberto, crecido, ya que acababa de ganar el “concurso de baile” improvisado por el hotel, se vió capaz de dar las uvas. Así que, en la arena, tenedor en mano, golpeando una botella vacía de SamSong... los cuartos... ¡TiTiTiTiTiTiTiTiTiTi!... las uvas... ¡1!... ¡2!... ¡3!... ¡4!... ...¡y 12!. ¡Feliz año a todoooossss! Lo típico, los besos, los abrazos, los brindis, y los deseos para el año que viene, algunas llamadas a España un poco pedete (espero con miedo la carta de Amena), y a seguir disfrutando la noche en la playa, en el Safari,... y en donde haga falta.



FELIZ AÑO A TODOS!!!,

y que pena que vaya donde vaya uno siempre haya fanáticos absurdos: Madrid, Bangkok,...

5 Comments:

At 9:48 a. m., Anonymous Anónimo said...

Vaya, no sabía lo de las bombas de Bangkok...

En cualquier caso, las fotos no concuerdan con el texto cuando insistes en eso de "precarios". A no ser que lo digas porque pareces más delgado (jejeje, ya que no tienes familia cerca, te tendré que decir yo estas cosas).

 
At 5:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ke pasa dani, ya veo ke vives muy mal por esos lares

A ver si escribes algo para saber de tu vida, pq te escribi un mail y has pasao de mi

Estas dejando de ser un fatty y ahora solo lo voy a ser yo, jejeje

fatty

 
At 12:17 a. m., Anonymous Anónimo said...

Tengo que hacerte una oferta que no puedas rechazar, a ver is me puedes encontrar algunas cositas a la venta por alli y mandarmelas a Zgz...

 
At 1:58 a. m., Anonymous Anónimo said...

Hola Dani!! Pues no han estado nada mal las navidades por allí, ¿no? Has recuperado el tipín ciclista, estuviste en buena compañia y se te ve muy feliz!!! Ya irás contando más cositas (aunque ya veo que de los temas morbosos nada de nada aún...ays, este pucelano) Un saludo desde Ónuba

 
At 7:30 a. m., Anonymous Anónimo said...

dani este blog es asqueroso, madre mia que relato mas soporífero. te recomiendo un cursillo de redacción y contar cosas mas interesantes poreque joooderr esto es el viaje de un abuelo acabao!

Santi

 

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